Consejos para tener unas toallas suaves y esponjosas
Si hay una sensación universal de bienestar es la de envolvernos en una suave toalla limpia tras una buena ducha. Ese pequeño instante constituye, para muchos, su momento especial del día. Y solo requiere de dos elementos:
- Darse una relajante ducha, o un merecido baño tras un duro día de trabajo
- Una toalla limpia y suave lo suficientemente grande para que nos envuelva
El punto 1 es cosa vuestra. Sobre el punto 2, hoy os voy a dar algunos trucos para que las toalla no pierdan su suavidad con los lavados. Y es que la experiencia es un grado y una consulta habitual de mis hijos es “mamá, las toallas que me compré están muy ásperas”. Y ello suele ser por pequeños errores que cometemos al lavarlas. Pero no os preocupéis porque, normalmente, podemos hacer que esas toallas ásperas vuelvan a ser suaves. Y, con estos fáciles pasos, podremos conseguir que nuestras nuevas toallas sean suaves y esponjosas mucho más tiempo.
Pequeños grandes pasos para tener unas toallas suaves
- Aunque nos encante el olor del suavizante es importante respetar las dosis. De hecho, San tiene una fórmula concentrada que hace que cunda mucho con un poquito de suavizante. Esto es importante no solo en las toallas, sino en toda la ropa. Además, las toallas, por su propia composición, requieren de menor cantidad de suavizante que otras prendas. Así que ojo con la cantidad que ponemos, ya que es un error habitual que, al notar la toalla áspera, añadamos al cacillo aún más cantidad de suavizante. Si os encontráis en ese momento en el que ya no sabéis ni cuánto suavizante le estáis echando a las toallas de vuestra casa, es una buena solución realizarles un lavado solo con agua y jabón. De este modo podremos “empezar de nuevo” hasta encontrar la dosis adecuada de suavizante para nuestras toallas.
- Lava con espacio: recuerda dejar espacio libre en el tambor de la lavadora para que el agua circule bien entre las fibras de las toallas y estas no se apelmacen.
- Mejor con agua fría: una buena opción es lavarlas en agua fría, programando un lavado únicamente para las toallas. Así, no introduzcas otras prendas con botones o cremalleras que podrían estropear las fibras.
- Si puedes, seca en secadora a baja temperatura. Si no, mejor tiende las toallas al aire libre, y recuerda retirarlas del tendedero tan pronto como estén secas.
Si queréis más trucos para mantener vuestras toallas en perfecto estado, aquí tenéis más consejos.
Saludos, Sandra