Ideas refrescantes y sorprendentes a partir de limonada
Me encanta el sabor del limón: los helados, las granizadas, en las comidas… y ahora que llega el calorcito, no hay nada como refrescarse con una buena limonada bien fría. En mi nevera nunca falta una buena jarra siempre lista para servir, y me encanta ir investigando para conseguir variaciones en el sabor. Y es que es una bebida tan versátil, que no me puedo resistir a experimentar las diferentes formas de preparar limonada.
Elaborad un litro de buena limonada no tiene mucho misterio: preparad unos 4-5 limones, 750 ml de agua fría y media taza de azúcar. Exprimid los limones, colad la pulpa si así lo deseáis, y mezclad bien el jugo con el agua y el azúcar. Podéis ir rectificando el azúcar si lo veis poco dulce, y, en el caso contrario, echad una pizca de sal para agriarlo.
Un truco para sacar el máximo partido a los limones es hacerlos rodar por una mesa, presionando ligeramente con la mano. Con este sencillo gesto despegaréis la pulpa de la corteza y conseguiréis sacar más jugo, sin meteros en la parte dura de la corteza con el exprimidor, que daría un mal regusto al resultado final.
A partir de aquí podéis echar a volar la imaginación, experimentar e ir dándole vuestro toque a la limonada. Aquí tenéis algunas ideas de diferentes formas de preparar limonada:
- Para conseguir una limonada con burbujas, sustituid el agua por agua con gas.
- Otra opción es añadir un poco de jengibre fresco rallado o algunas hojas de hierbabuena.
- Podéis fabricar cócteles de sabores si añadís a la limonada purés hechos a partir de frutas trituradas.
- Si queréis sorprender, calentad una parte del agua que añadiréis a la limonada e infusionad en ella un poco de lavanda. Luego, añadid la mezcla a la limonada, y conseguiréis una limonada deliciosa, relajante y de una preciosa tonalidad violeta.
Saludos, Sandra
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