Cómo cuidar los zapatos de ante
Ahora que terminó el invierno toca guardar los zapatos de ante o nobuk que, por cierto, no son lo mismo, el ante es muy fuerte y transpirable, por eso se suele utilizar como calzado de trabajo y para los guantes, mientras que el Nobuk es más transpirable, su piel más fina y más sensible a las manchas, al engrasado y a la luz del sol, por eso el cuero se descolore muy fácilmente.
Para poder dejar listos los zapatos para la temporada siguiente debemos tener las siguientes herramientas:
- Cepillo con cerdas suaves o tipo crêpe.
- Cepillo de cerdas metálicas específico para el ante
- Esponjita suave (como las de bebé)
- Paño suave.
- Papel de periódico (reciclaje siempre).
- Horma de madera (pernitos).
- Impermeabilizante ante-nobuk.
- Reparador ante-nobuk.
Lo primero que tenemos que hacer es evitar que el ante o el nobuk tenga polvo. Hay que guardarlos perfectamente cepillados, este cepillado debe realizarse siempre en la misma dirección.
Para quitar las manchas que puedas tener del mismo roce con el pedal al conducir, o de la suela, usa una goma de borrar, o si no funciona puedes probar con las que venden específicamente para este tipo de calzado. Después deberás cepillar los restos de la goma.
Pasear por zonas con barro tiene sus consecuencias, por ejemplo, que se adhiera este al zapato. Lo mejor será dejar secar y cepillar enérgicamente para eliminar todo resto de arena o barro.
Si las manchas son de grasa, y es muy reciente prueba a quitarlo con polvos de talco o sal para que absorban la mancha. Tras esto con un fuerte cepillado habrá desaparecido. Intenta evitar usar quitamanchas para ante porque pueden comerse el color de la piel.
En caso de mancha de tinta, leve, pega un celo (papel celo/fixo) y pásale el dedo para que se quede bien adherido y luego da un tirón enérgico; la tinta se quedará pegada al celo. Para terminar de retirar el adhesivo, cepilla.
Hay otros trucos, como darle con una esponja con algo de agua y jabón levemente, este jabón puede ser suave o de lavavajillas.
El proceso de secado debe hacerse de manera manual, con papel de periódico en su interior que absorberá la humedad, cambiándolo de vez en cuando por papel más seco, o con hormas de madera para que no pierda su forma. Evita siempre secarlos con fuentes de calor, como estufas o similares pues podrás arruinar la piel.
Espero que estos trucos os sirvan para dejar los zapatos como nuevos para la próxima temporada. Un saludo, Sandra.