Bufandas: unas pican, otras calientan y otras no. Trucos para hacerlas más cómodas.
El complemento estrella del otoño/invierno es sin duda la bufanda/fular, esa que al salir a la calle mantiene tu cuello caliente y evita males mayores en la garganta, esa que a veces pica y otras te pesa incluso.
Las hay de todos los tipos de tejidos y de colores, pero nunca nos paramos a pensar en su cuidado hasta que al hacer el cambio de armario nos fijamos en lo “gastadas” que pueden estar.
Como decimos siempre que hay que atender al cuidado de una prenda es ¡Hay que mirar la etiqueta!, exactamente.
Yo os recomiendo limpiar la bufanda a mano, con agua fría y un detergente liviano o un poco de jabón. No frotes y déjala reposar unos 20 minutos dentro del agua antes de enjuagarla. Y si la queréis extra suave, añadirle suavizante.
Para el secado lo mejor es que la dejéis reposar sobre algún sitio en horizontal, nunca colgadas en vertical ya que del peso tienden a dar de sí. Una amiga mía las extiende sobre una toalla y las deja secar enrollándolas dentro de ésta, no lo he probado pero no me convence. Si tú que lees esto lo has hecho, explícame si funciona.
Nunca planchéis las bufandas, aunque hay algunas que se puede.
Si el tejido de la bufanda es seda, se recomienda reposar en agua tibia con una pequeña cantidad de sal, dejando reposar unos 20 minutos para que no pierda el color. Posteriormente hay que pasar la bufanda a agua fría y vinagre blanco para recuperar el brillo. Para terminar enjuagándola y exprimiéndola ligeramente para el secado, que recuerden siempre debe ser en horizontal.
Yo tengo bufandas de todos los colores y tejidos, y lo mejor es que la moda siempre vuelve, este año sacaré de nuevo una de cuadros escoceses que tan de moda siguen esta temporada.
Pero me encantaría saber otros trucos, si son más sencillos sobre todo, para el cuidado de la bufanda ¿Cuál tienes tu?
Saludos, Sandra