Cómo abrocharse una pulsera sin ayuda
Hasta hace poco las pulseras de cierre con mosquetón me suponían una pesadilla y una dependencia de terceras personas para que me ayudasen a ponérmelas. Sin embargo, un día una de mis hijas me dio la solución de cómo abrocharse una pulsera sin ayuda. Y desde entonces, luzco con orgullo (y llegando puntual a mis citas) todas esas cadenas que tenía olvidadas en un cajón y que creía que era imposible colocarse sin ayuda. O peor aún, sin hacer mil y una contorsiones durante más de media hora.
Para abrocharse una pulsera sin ayuda sólo necesitaréis un cordón fino de unos 15 centímetros de longitud.
Por ejemplo, un trozo de cordón de lana, o incluso una cinta fina de raso. Sin embargo, si no tenéis a mano, un clip abierto o un trozo de alambre también valdrá.
El primer paso es introducir ese cordón por la anilla sobre la que se abrocha el mosquetón, y doblarlo justo por la mitad. A continuación, coged los extremos del cordón con la mano de la muñeca en la que queréis poneros la pulsera.
Llegados a este punto, tendréis a la pulsera sostenida en el aire a través de un cordón, cuyos extremos tendréis agarrados con la mano. Entonces, sólo tenéis que rodearos la muñeca con la misma, usando la otra mano. Una vez que hayáis dado la vuelta completa, acercad el mosquetón a la anilla en la que debéis engancharlo. Tener el cordón bien tenso sobre la muñeca conseguirá que la anilla esté fija e inmóvil. De este modo, no se desplazará ni se escurrirá cuando abrochéis el mosquetón.
A continuación, soltad uno de los cabos del cordón y tirad del otro para sacarlo. ¡Listo! ya tendréis la pulsera puesta y sin esfuerzo.
A partir de ahora, los cierres de mosquetón (los más habituales para las pulseras) no supondrán un problema para lucir muñeca.
Saludos, Sandra
Imagen: Pinterest